COSMOPOLITAN EN ESPAÑOL
Julio 2000
¿Por qué tantas mujeres acuden a la cirugía plástica?
El
número de mujeres jóvenes que está recurriendo al bisturí para cambiar su apariencia está aumentando dramáticamente. Entérate de lagunas de las razones detrás de esta avalancha.
Por María L. Caula
Esto es lo que la gente veía cuando miraba a Silvia: una joven hermosa con muchas curvas y busto moderado. Esto es lo que Silvia veía
cuando se miraba el espejo: unas caderas inmensas, enormes, y un pecho plano como una tabla. Por eso, decidió someterse a la cirugía plástica: se hizo una liposucción y un aumento de senos.
La anestesia, el precio, los riesgos, nada la detuvo: lo único que quería era corregir lo que veía como sus defectos, costara lo que costara.
Silvia tiene 22 años, y es sólo una más entre las miles y miles de mujeres jóvenes que acuden a la cirugía plástica para cambiar la imagen negativa que tienen de su cuerpo. El fenómeno
parece alarmante. Tan sólo en los Estados Unidos, algunos procedimientos cosméticos experimentaron 800 po ciento de incremento durante la década pasada. La Academia Americana de Cirugía
Cosmética, con sede en Chicago, ha reportado que entre 1990 y 1999 el número de liposucciones se elevó de unas 71.600 a casi 600.000, y las operciones de aumento e seno ascedieron de casi
42.000 a más de 255.000 al año.
La propia academia atribuye el ascenso a una serie de factores, incluyendo: la mejoría experimentada en la economía (la gente tiene más dinero y quiere gastárselo en lucir bien), una myor
aceptación de la cirugía cosmética como recurso para mejorar la apariencia, y todo eso combinado con el hecho de que los procedimientos son más rápidos, seguros y menos dolorosos, y que
la competencia entre los cirujanos ha estabilizado los precios.
El doctor Jorge Suárez-Menéndez, un cirujano plástico de Miami, tiene su criterio: “Que las mujeres jóvenes se hagan cirugías cosméticas no es nada nuevo”. En su más de veinte años de experiencia,
dentro de los que ha ocupado el puesto de jefe de cirugía plástica en cuatro importantes hospitales de Miami, él recuerda haber operado a muchas jovencitas cuyos padres les pagaban una
cirugía de nariz como regalo de cumpleaños o de graduación. “Lo que ocurre es que ahora hay mucha más divulgación sobre el tema”, señala. “Las técnicas se han perfeccionado, y la cirugía
plástica ha dejado de ser un tabú; tanto es así, que hasta hombres están yendo a hacerse infinidad de procedimientos cosméticos sin sentir la menor vergüenza”.
Y sí, es cierto. La cirugía plástica ha dejado de ser algo prohibido, remoto, exclusivo de la gente pudiente o de las estrellas de cine. Se ha vuelto tan popular, que palabras como facelift
y tummy tuck se han incorporado al lenguaje coloquial y no hace falta ni traducirlas. Pero también hay otros factores, personales y sociales, que pueden estar empujando a las mujeres al
quirófano. Las buenas noticias son que la gran mayoría de ellas no se está haciendo una cirugía cosmética para complacer a alguien más; se la están haciendo por su propia satisfacción,
porque ellas mismas desean cambiar su cuerpo, no poruqe su novio o su esposo la está obligando a hacerlo...Y esá es una razón saludable.
¿Y por qué quieren cambiar su cuerpo? En esto pueden influir muchas razones, desde una enfermedad y un divorcio hasta la necesidad de acelerar sus carreras; sin embargo, algunos expertos
aseguran que el en la raíz de todo este fenómeno se encuentran los mensajes culturales con los que las mujeres son bombardeadas a diario: esa búsqueda obsesiva de la perfección que ha permeado
la sociedad moderna; ese montón de modelos delgadas como hilos y con un busto despampanante; ese desfile de actrices jóvenes que de la noche a la mañana les crecen los pechos, y esas muchas
otras estrellas que por más que pasen los años, no muestran ni una sola marca de vejez. En cuanto las ves, te preguntas: ¿belleza natural o excelente cirugía cosmética? Y como al final
casi siempre terminas pensando que detrás de tanta perfección sólo puede estar el bisturí, la posibilidad de por qué no probarlo tú también resulta deliciosamente tentadora.
Hay quienes dicen que hasta el propio feminismo pudiera tener su pizca de responsabilidad en todo esto...Porque, ¿cómo es posible que una mujer que puede llegar a ser todo lo que se proponga
(astronauta, soldado, pelotera) no pueda esculpir su cuerpo de la forma en que lo prefiera?
Y las preferencias son bastante fáciles de adivinar. Según el Dr. Suárez-Menéndez, él puede predecir, a partir de la edad de la paciente, el procedimiento cosmético que va a elegir: “Las
mujeres jóvenes y solteras, en sus 20 años o quizás algo menos, quieren lucir tan atractivas como les sea posible, y casi siempre optan por el eumento o reducción de los senos, la cirugía
de la naríz y, algunas veces, de las orejas. En los treinta, muchas siguen acudiendo al aumento y a la reducción de los senos, o al levantamiento de estós, sobre todo si ya han tenido hijos.
Pero a esta edad también es más común que comiencen a pensar en las cirugías del abdomen, o bien porque han ganado mucho peso, o porque descubren que las dietas no les han funcionado. Cuando
llegan los 40, el facelift se convierte en el procedimiento de mayor demanda...y a partir de ahí, ojos, cuello, todo lo demás”.
Pero algunos cirujanos plásticos no sólo pudieran predecir el procedimiento cosmético que una mujer va a elegir, sino que hasta pudieran adivinar cuáles son, exactamente, los senos, la
nariz o el abdomen que esa mujer anda buscando. Sí, porque aunque no lo crean, hay pacientes que llegan a la consulta con una imagen en la mente, y eso, nada más que eso, es lo que quieren.
“He tenido pacientes que han venido a mi consultorio con una revista en la mano, pidiéndome que quieren unos senos como los de esa modelo, o que quieren una nariz como la de alguna famosa
actriz”, comenta el Dr. Suárez-Menéndez. “Entonces, tengo que explicarles que la cirugía plástica, además de una ciencia, es un arte, y que para que ella misma quede satisfecha, es necesario
que sus expectativas sean realistas, que todo guarde proporción. Una mujer chiquita y delgadita no se vería bien con una copa DD. Si se la hago, ella misma va a regresar a mi oficina más
adelante a decirme que no le gusta. Teniendo en cuenta su peso, su estructura
corporal, sus expectativas y sus motivaciones sicológicas –sí, porque un cirujano plástico también tiene que ser un poco siquiatra-, le recomiendo qué es lo que se debe hacer. Y casi siempre
la paciente reacciona y termina muy contenta con los resultados. Desde luego, si la mujer quiere unos senos bien grandes porque los necesita para su trabajo o porque le van bien con su
cuerpo, yo puedo hacérselos. He hecho muchos y han quedado hermosos”.
Quizás la nota más alarmante en toda esta historia es que hasta las adolescentes están acudiendo al bisturí. De acuerdo con las estadísticas de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos
y Reconstructivos, el año pasado, en los Estados Unidos, se practicaron unos 25.000 procedimientos cosméticos en adolescentes. Es decir, que una chica de 18 años quizás no puede ordenar
un trago, pero sí puede ordenar unos senos grandes.
“Yo no conozco a nadie que esté satisfecho con su cuerpo”, me comentó el otro día mi hija que tiene 17. “Todas mis amigas quieren [ella también, por supuesto] agregarse un poquito aquí,
quitarse un poquito allá”.
De acuerdo con algunos sociólogos, en esta temprana insatisfacción corporal, además de los mensajes culturales también pudiera tener mucho que ver la propia familia. Las chicas que crecen
al lado de madres que se empeñan en ser perfectas, que pretenden envejecer sin una sola huella, y muchas de las cuales ya se han hecho no una, sino varias cirugías, pueden acabar convenciéndose
de que a menos que tengan ese cuerpo perfecto que sólo puede ser obra del bísturi, no podrán tener éxito en la vida.
Cuerpo nuevo, vida nueva
¿Y cambiando tu cuerpo puedes realmente cambiar tu vida? El Dr. Suárez-Menéndez opina que sí, al menos en la gran mayoría de los casos:
“Si una mujer se siente acomplejada por su nariz o por sus senos pequeños, la operación, mínimamente, va a darle más confianza en sí misma. He visto a muchas pacientes hacer grandes cambios
en su vida después de la cirugía: se casan, se divorcian, progresan en su trabajo...En una palabra, florecen. Desde luego, las que creen que la cirugía es magia, que con cambiar su cuerpo
todo lo demás va a llegar solo, o aquellas que son inconformes por naturaleza, en ésas es probable que la cirugía sólo las cambie por fuera, nunca por dentro”.
Es decir, que aunque un cuerpo nuevo no es garantía absoluta de un cambio de vida, quizás sí pueda dar inicio a todo un proceso de crecimiento, renovación y satisfacción. Lo más importante,
al parecer, es que tus motivaciones para la cirugía cosmética sean sólidas, y para eso, los propios cirujanos plásticos sugieren que te preguntes: ¿cuán mal te hace sentir ese defecto que
quieres corregir con la cirugía, y cuánto mejor te sentirías si lo corrigieras? Pero no sería más conveniente preguntarte: ¿son realmente defectos tus defectos?
Mientras tanto, sin embargo, hay algunos recursos que pueden irte ayudando a evitar, o retardar, la cirugía cosmética. El Dr. Suárez-Menéndez sugiere algunos:
Usa siempre un protector solar. El sol es el mayor enemigo de la piel, el responsable número uno de la aparición de los signos
de envejecimiento.
Cuida la piel de tu rostro y de tu cuerpo con cremas. Los humectantes y exfoliadores que contienen los
ingredientes correctos pueden hacer mucho por tu piel. El propio Dr. Suárez-Menéndez ha creado una línea de cremas y productos antienvejecimiento, que contienen extractos botánicos y marinos,
antioxidantes, enzimas y vitaminas, todos formulados por él mismo y en proceso de ser patentados.
Mímate y visita un spa clínico de vez en cuando. Los spas clínicos son el concepto más vanguardista dentro
del terreno de la medicina cosmética.
En el caso particular de los senos, el Dr. Suárez-Menéndez puntualiza que si eres de senos pequeños, no hay nada que puedas
hacer. A veces, el embrazo los beneficia, porque los senos crecen en la gestación y pudieran terminar quedándose algo más grandes. En otros casos se retraen o se caen, pero de cualquier
manera, los ejercicios y las cremas que dan firmeza pudieran ayudarte a mantener su apariencia firme.
Por último, bebe mucha agua, evita las sodas, ejercítate con regularidad, lleva una vida sana...Citando sus propias palabras: “Tendrás
que pagar por los excesos y disparates que cometas en tu juventud”.
Las más envidiadas
Cosmo salió a la calle a preguntarles a nuestras lectoras qué parte del cuerpo de alguna celebridad les gustaría tener. ¿Qué descubrimos? Que la mayoría de las
mujeres quisiera tener:
- La nariz de Charlize Theron
- Los senos de Elle MacPherson
- Las piernas de Naomi Campbell
- Y el trasero de Jennifer López
¿Se la hicieron o no se la hicieron?
Se rumora que todas estas famosas ya han pasado por el bisturí. ¿Chisme o verdad absoluta? Júzgalo por ti misma.
- Demi Moore
- Goldie Hawn
- Meryl Streep
- Sharon Stone
- Meg Ryan
- Isabella Rossellini
Cosmo Encuesta
¿Es la cirugía cosmética una forma saludable de lidiar con una imagen negativa del cuerpo?
- “Yo creo que la cirugía cosmética es sólo para alguien que tenga el rostro desfigurado, o un defecto fisico muy severo. Pero para el resto de las mujeres comunes
y corrientes, que sólo quieren tener unos senos más grandes o una barbilla perfecta, no creo que sea conveniente, mucho menos saludable. Los implantes siempre lucen falsos, y la verdadera
belleza reside en la naturalidad”. Mrylin, 28 años, ingeniera
- “La belleza está en los ojos de quien la mira, ya lo dice el refrán. Y si tú crees que sólo vas a lucir bella con unos senos grandes o un estómago plano, adelante.
Si puedes pagarlo, disfrútalo”. Rosario, 20 años, estudiante
- “¿Por qué no conformarnos con lo que Dios nos dio? Hubo un tiempo en que yo me sentía muy mal con mis senos pequeños. Veía a todas esas estrellas con exuberantes
escotes y quería ser como ellas. Pero fui madurando y comprendí que cada mujer es atractiva de una forma diferente. Algunas tienen ojos hermosos, otras un busto seductor...y los senos
pequeños también pueden tener su encanto”. Sandra, 30 años, profesora
- “Yo no digo ni que sí, ni que no. Tal vez sea una buena opción en algunos casos y no en otros. Querer cambiar tu cuerpo sólo para cumplir con un estándar de belleza
impuesto por la moda creo que está mal; pero...¿qué si tus senos están flácidos y te sientes avergonzada cuando te miras al espejo? En esos casos, sí hay excusas”. Martha, 26 años, bibliotecaria.
Dr. Jorge Suárez-Menéndez, Lucia Mendez and Andres Garcia
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